Consuma suicidio
Las razones del goce de la muerte
30 de mayo. Aproximadamente, 5:40 p.m. Una joven de 17 años duda lanzarse desde la cima del hotel Sheraton; antes de arrojarse, se justifica, se convence o resume sus sentimientos: “Mi vida no tiene sentido”.
Abajo se amontonan los “curiosos”. Con sus smartphones, toman fotos o graban en video lo que sucede. Conversan entre ellos. No dejan de mirar arriba. Se preguntan si se atreverá o no. Ojalá no se lance, dice uno. Otros se persignan. Pero nadie deja de fotografiar o filmar.
Finalmente, ella se lanza y en pocos segundos termina el espectáculo. Muchos quedan conmocionados y nadie lo puede creer.
Luego, las redes sociales estallan. Todos quieren enterarse de la tragedia de la Suicida. La noticia se propaga a través del Facebook y del WhatsApp. Todos comparten las fotos y los videos. A partir de estas publicaciones, se genera una discusión entre los comentaristas de esta terrible noticia.
Algunos apoyan su publicación y difusión. Y no solamente eso. Aprueban la publicación de vídeos y fotos, y todo aquello que muestre los detalles del suicidio. Y nos lo explican, nos dicen por qué.
Lo que sigue es una breve lista de las "razones" que más se repiten en sus comentarios.
Los escépticos de la podredumbre. Porque no es suficiente prueba el asesinato de universitarios para robarles sus mochilas, celulares o laptops (Elizabeth Cacsire Janampa, veintiocho años). Porque no es suficiente prueba los ajustes de cuenta por sicarios o narcos. Porque no es suficiente prueba los feminicidios o brutalidades a integrantes de la comunidad LGBTI (Zuleimy Sánchez Cárdenas, catorce años). (Y así podríamos seguir con la lista.) Queremos muchas más. Todavía no estamos convencidos (y nunca lo estaremos) de que estamos jodidamente podridos. Queremos más sangre.
Ayúdame a ayudar y los detectives salvajes. Al averiguar qué llevó a esta adolescente a quitarse la vida, en qué situación mental estaba, cuáles fueron los motivos de tal fatal decisión, podremos evitar que nuestros familiares y amigos cercanos cometan semejante error, porque solo sabiendo todos los detalles podremos salvar a nuestros seres queridos. ¿Psicólogos? ¿Casos médicos? ¿Campañas de salud mental? ¿Otras fuentes de información? ¿Para qué? Para qué todo eso si tenemos la información en vivo y en directo. Este caso es la única y más importante fuente de información para evitar suicidios tan horrendos. Y, por si acaso, también exigimos justicia. Se debe investigar. Que la policía haga su trabajo y la prensa nos informe de cada avance en las investigaciones. Nosotros les ayudaremos. Los detalles son importantes. Dennos todas las piezas, nosotros armamos el rompecabezas. ¿Acaso no hicimos lo mismo con el caso de Ciro Castillo? ¿Acaso nos hemos olvidado de él?
Los amigos públicos. Si alguien quiere matarse, lo puede hacer en su casa. ¿Para qué lanzarse desde uno de los edificios más conocidos y en pleno Centro de Lima? Porque quería público pues. Quería que la vean. Seguro, le gustaba llamar la atención. Déjame tomar todas las fotos que quiera y filmar, porque eso quería ella. ¡Esta calle es de todos y hago lo que me da la gana! ¡Y no te olvides de pasarme toda la info que tengas de la Suicida!
Gente como uno. ¿Morboso? ¡Por favor! No seré el primero ni el último. Aquí en este país todos lo somos. Y si lo niegas, tienes doble moral. Así que déjame ver en paz este video. Ni me acuses ni te metas conmigo, porque tú también lo has visto (y eso me da permiso y siento menos remordimiento).
El precio de la historia. Mira ese pata. Dice que grabó todo. Cuando trataban de convencerla allá arriba para que no se tire. Dice que tiene el salto y la caída también. Y cómo quedó cuando cayó. ¿Cuánto querrá por su videíto? Compare, cómo es por el video, ¿ah? Mmm… 100 mangos, ¿habla? Yo te doy 150. Compare, yo te doy 200 y al toque me lo pasas por WhatsApp, colabora con la noticia, colabora con el diario…
Los chistosos. Para muestra, una perla. José Barba Caballero, ex congresista: “Finalmente, se arrepintió. Corrió el rumor que era Susana Villarán. ¿Alguien me puede confirmar la noticia?”.
Pregunta Zavalita. Estas solo son algunas de la "razones" que exponen quienes quieren saber más de las tragedias. Exigen detalles escabrosos para consumirlos vorazmente a una prensa que se afana también en satisfacer esta demanda tan vil. ¿En qué momento se jodió el Perú?, nos preguntamos hasta el cansancio -y ya aburre- ante la incredulidad de haber caído más bajo de lo que nos creíamos capaces. Parece que no tenemos fondo. Sabemos poner la valla cada vez más abajo. ¿Cuán jodido está el Perú?, ¿será reversible este proceso de enmierdamiento?, son preguntas más urgentes aquí y ahora.